Llevar una alimentación sana y hacer ejercicio son las pautas más importantes para llevar a cabo una vida saludable. Para estar bien por fuera hay que comenzar cuidándose por dentro.

Si cuidas tu organismo aportándole una dieta sana y equilibrada, rica en proteínas, con los aportes calóricos mínimos necesarios para el buen funcionamiento y la acompañas con la práctica de ejercicio físico dos o tres veces por semana de manera constante, conseguirás que tu organismo este activo, fuerte y evitarás muchos problemas de salud.

El tabaco y el alcohol son elementos altamente nocivos, que generan dependencia y que producen una mala calidad de vida, pues sus efectos se reflejan en diversas partes del organismo.

Además, ciertas partes de nuestro cuerpo requieren de un cuidado más concreto para mantenerse sanas y no tener contraproducencias en otras partes del mismo. Por ejemplo, la salud bucal o visual, requieren de un control médico anual. Mantener una boca sana y cuidada y la vista regulada, lograrán un bienestar corporal completo. El mal estado de ambas puedes provocar problemas cervicales, dolores de cabeza y mala postura. En el caso de la boca, es una fuente directa de bacterias al organismo, mantenerla limpia es muy importante.

Un estilo de vida saludable requiere que cambies tus hábitos de vida, pero también, tus comportamientos y tus actitudes. Para esto se necesita un desarrollo interno. Se debe evitar situaciones de estrés, cansancio laboral, etc. Mantener una vida personal estable y feliz, con buenas relaciones sociales es muy importante.

Conciliar estos factores reforzará, además, tu salud mental. Sentirse bien por dentro y por fuera te hará sentir bien, útil y fuerte.